"El destino?"

Ahí, en la misma esquina que estaba cuando entramos, sigue sumida en su conversación, sin darse cuenta de nada más.

O no es tan asi?

La verdad creo que hace un rato se dio cuenta de que la miro de reojo, es más, creo que ella hace lo mismo conmigo. Esto se vuelve un juego interesante, de miradas e imaginación.

Solo puedo ver de su cintura hacia arriba, pero para ser sincero, no necesitaba mas que sus ojos para no querer dejar de mirarlos nunca mas, tan tranquilos e intensos a la vez, cafés como pocos, porque, no es cualquier café, el de sus ojos es especial, y ese brillo cuando me mira (o creo que lo hace) los hace irresistibles.

Un de mis amigos me dice algo acerca de mi cerveza que no alcanzo a comprender, pero todo el resto se ríe asi que simplemente me rio con ellos y acepto lo que creo fue alguna broma.

Vuelvo a mirarla, su cabello es negro y corto, es extraño que me llame la atención, por lo general las prefiero rubias y de pelo largo, pero hay algo especial en ella.
Si, en ella, la chica de la esquina, tras ese tipo alto de chaqueta café que al parecer no tiene el hábito de venir a un lugar como este, porque mira extrañado todo lo que a mi me parece normal, como la risa explosiva de algunos y la empatía que surge entre personas de mesas contiguas que nunca antes se habian visto, sobretodo si alguien empieza a cantar un cumpleaños feliz por ejemplo.
Es esa chica la que captura mi atención, la que rie como si le acabaran de contar lo mas gracioso del mundo, solo que lo hace cada cinco minutos.

Me sorprende viendola. Me quedo petrificado y sonrío nervioso, ella alza su vaso y le respondo con el mio sin darme cuenta.
En eso creo entender de lo que se rien mis amigos, es de mi, y de mi extraña actitud en ese momento, lo pienso y tambien me parece gracioso. Rio con ellos nuevamente.

Vuelvo a mirar a la esquina y la chica ya no está, asi como sus amigas, desaparecen.
Miro a la puerta y alguien acaba de salir, me reprocho lo lento que fui al reaccionar.

En eso alguien se acerca directo a mi, "es ella" pensé sin mirar atras, me volteo con una gran sonrisa cubriendo mi rostro, pero para mi decepción no es ella.
Es otra chica, una de las meseras que se pasea constantemente por el lugar.
"Tengo algo para ti" me dice, la miro extrañado y antes de obtener la respuesta me entrega un pequeño trozo de papel.
Dice lo siguiente:

Si al tercer intento te respondo es el destino
8358678X
No sabes mi nombre pero sabras que soy yo

Y heme aqui, pensando que hacer, si escogeré el numero correcto antes del tercer intento, si no lo hago... sigo?, son muchas las preguntas en mi mente en este momento...

Bueno, tengo el auricular en mi oido, mi dedo en el ultimo "8".

Aqui voy...