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er_fito's Profile Page

octubre 30, 2007

"Un mal día"


Sin darse cuenta y tratando de evitar un golpe fatal en la cabeza, lo cual era muy factible tomando en cuenta la fuerza con la que había sido lanzado, puso las manos en su espalda y rodó por la habitación.
Cayó finalmente sobre el control remoto del equipo de sonido, el cual se encendió estrepitosamente tocando una canción que resultaba muy ad-hok a la situación.
"Pet Semetery" del grupo "The Ramones".

Miró a la cosa que hace unos minutos era su amigo Tom con miedo y confusión en los ojos.
Este le devolvió una mirada vacía y con un odio irracional que sintió capaz de atravezarlo.
Sin embargo, la música estridente pareció calmarlo.
No.
En realidad lo había desconcertado, lo suficiente para escapar de ahí rapidamente.

Sin pensarlo aprovechó el instante y dejó el miedo de lado un momento para dar paso a miles de divagaciones acerca de como había sido que su mejor amigo se había transformado, y por que razón, sin mencionar si alguna vez volvería a ser el mismo.

Recordó como sucedieron las cosas.
Mientras el preparaba la tercera ronda de tragos en la cocina y hablaba con Tom acerca de como arreglar el mundo sin moverse del cómodo sofá en que se encontraban viendo TV, este se quedó callado de un momento a otro, lo cual era demasiado extraño, porque solía hablar aún cuando le rogaran que se callara.

Al notar esto volvió a donde se encontraba Tom.
Pero lo que encontró no era el, al menos no del todo.
Su cara comenzaba a deformarse en una mueca de dolor.
Se acercó para ver que le pasaba, y fue en ese momento cuando notó que sus piernas ya no eran 2, sino 4, y que comenzaban a cubrirse de pelos.
Volvió a mirar a su cara, pero había desaparecido. Su lugar lo ocupaba una especie de máscara de color negro brilloso, con unos "colmillos" que estaban practicamente pegados a el. No se distinguían ojos ni nariz, y el lugar donde estaban estos "colmillos" era un agujero del tamaño de una pelota de tenis, y escurría un líquido rojo viscoso, por lo que parecía ser la "boca".
Aunque no pensó por un segundo quedarse a averiguarlo.

Trató de escapar.
Pero fue detenido por una garra.
No.
Era más bien una tenaza, si, esa era la mejor forma de describirlo.
También era de color negro y muy similar a la "cabeza" (a esas alturas casi no se distinguía cada parte de su cuerpo), sin embargo los brazos a los que estaban unidas estas tenazas también estaban cubiertos de pelo, del mismo color, y eran 3, 2 en los lugares tradicionales y un tercero que nacía en la espalda y que por un momento le recordó a la cola de un escorpión.
Si, un escorpión velludo, de 2 metros de altura, con 7 extremidades y que solía ser tu amigo. Pensó para sí.

Así fue como llegó al punto en que su "amigo" lo lanzó lejos y se olvidó del partido de futbol para correr por su vida.
Hacia donde?
No lo sabía, pero ya pensaría en algo.

En ese momento fue cuando vio salir de la casa a su izquierda a una criatura idéntica a su amigo Tom.
Que está pasando?
Me estaré volviendo loco?
Me habré quedado dormido en la segunda ronda de ron?

No, esto era demasiado real.
Corrió a su casa. En el camino se encontró con varias de estas criaturas.
Su mente no podía concebir lo que estaba sucediendo.
Cuando llegó a su casa sus padres dormían tranquilamente y no se habían dado cuenta de nada.
Los despertó para contarles lo que pasaba.

Pero no abrían los ojos.
Tuvo que pestañear varias veces para darse cuenta.
NO TENÍAN OJOS!!!
Pero era demasiado tarde.
Lo supo cuando una de las grandes tenazas fue directo a su cabeza.

Todo se fue a negro.

En ese momento despertó.
Lo sabía, todo había sido una pesadilla, una horrible pesadilla.

Eso fue lo primero que vino a su mente en aquellos 2 segundos en que acabas de despertar y todo es agradable, aún si tienes la peor resaca de tu vida y estas durmiendo desnudo bajo un puente.
Como le hubiese gustado que esa fuese la situación.
Pero era peor.

Recostado sobre su espalda y con un dolor que subía desde sus caderas, vio como aquellas cosas que solían ser sus padres devoraban lo que quedaba de su muslo izquierdo y comenzaban con el derecho.

Gritó.

De la nada y a su espalda apareció algo que acabaría con sus gritos.
Otra de las criaturas usó una de sus tenazas para obtener su parte del botín.

Su cabeza fue devorada en menos de 30 segundos.

Jamás sabría lo que sucedió.

octubre 10, 2007

"Desperdicio"


Pudo ver el horror en los ojos del conductor del Mazda 3 color marengo que lo acababa de chocar.
Su bicicleta salió en dirección contraria a su cuerpo y al igual que este no tenía esperanzas de salir ilesa. Es mas, su mente rogaba para que alguno de sus huesos resistiera el impacto. Aunque por otra parte deseaba con ansias que este fuese el fin de la maldita pesadilla en la que se encontraba.
Su deseo se cumplió.
Su cabeza fue la primera en aterrizar, y practicamente "explotó" frente a la mirada aterrorizada y asqueada de los transeuntes que tuvieron la mala suerte de no salir 5 minutos antes de su casa o no tomar otro camino y asi evitar aquel triste y nauseabundo espectáculo.


Tomó la bicicleta rapidamente en el primer momento de distracción que tuvo oportunidad.
Sin preocuparse por todo lo que sus principios le decían, despues de todo, de que le habían servido?
Si hubiese sabido antes como resultarían las cosas habría vivido la vida de otra manera, pero ya no había caso. Divagaba acerca de esto mientras huía por las calles mas despejabas que encontraba, sin importarle semáforos, señalizaciones, ni nada de lo que alguna vez respetó intachablemente.
Esquivó varios autos y un camión estuvo a punto de aplastarlo, pero por fin sentía que tomaba ventaja. Sus piernas no podían con el cansancio, pero no podía dejar de pedalear por su vida, aunque no sabía para que, sentía que la había malgastado.
Pensaba en esto, cuando en una de las tantas luces rojas que pasó por alto, un auto del año se acercaba a toda velocidad. En ese momento todos sus reflejos desgastados no fueron suficiente para evitar la tragedia.


La camioneta de color azul marino seguía tras él sin perder su rastro por ningún momento. Estaba cada vez mas cerca. Intentó entrar a uno de los edificios a su alrededor. Pero allí estaban también, así que evitó cualquier acercamiento funesto que pudiese dejarlo con la espalda a la pared.
Pudo poner en práctica lo que tantas veces criticó de aquellas peliculas de terror de bajo presupuesto en la que los protagonistas se encerraban en algún lugar sin salida esperando su muerte en vez de escapar a cualquier parte. Sólo que en su caso no sabía hacia donde correr.
Sus piernas temblaban y sentía que no podía correr mas. Y la camioneta estaba cada vez mas cerca.
De pronto vio una pequeña salida. Un turista a unos metros mas adelante había bajado de su bicicleta para comprar un helado. Su cara decía que era una persona muy confiada, y eso estaba a punto de jugarle una mala pasada.


Sabía que estaban tras él desde el momento en que salió de su casa. No podía verlos, pero si sentir su presencia, se podía notar en el ambiente, estaba mas pesado que de costumbre, incluso la gente en la calle se comportaba de manera extraña, indescriptible, pero extraña.
De pronto se dio cuenta. Estaban entre la gente, mezclados con la multitud, observándolo, estudiando cada uno de sus movimientos. En los autos que paraban para que cruzara la calle, entre los pasajeros de los buses que pasaban por ahí, en la gente que estaba dentro de las tiendas, incluso entre aquellos que pasaban a su lado.
De pronto se dio cuenta. Como un tigre al acecho, sólo esperaban el momento exacto para venir por el, y ese sería el fin de sus días. Podía sentirlo, así como sientes aquella gota fría que recorre toda tu espalda en momentos de tensión.
Estaba seguro. Ahora lo que debía hacer era escapar. No importaba a donde. No podía volver a su casa, sería entregarse en bandeja.
Pensando esto comenzó a correr. Sabía que no se atreverían a hacer nada en público, pero tarde o temprano se encontraría solo, y debía desaparecer antes de que eso ocurriera.
Al correr se dio cuenta de que la gente alrededor no hacía nada, pero al mirar atrás se percató de una camioneta azul marino lo seguía a toda velocidad. Creyó haberla visto antes. Claro! esa mañana se encontraba estacionada frente a su casa, y había llamado su atención el hecho de que no tenía una patente visible.
Ahora sabía por qué.


Sintió como su mamá preparaba el desayuno en el piso de abajo mientras él se arreglaba en el baño para salir como de costumbre, teniendo cuidado de cortarse mientras se afeitaba, porque odiaba esos trozos de papel higiénico que algunos solían ponerse para evitar la sangre. Eso, y el hecho de que odiaba la sangre en sí.
Le pareció raro que al bajar su mamá no se encontrara en la cocina, siempre desayunaban juntos.
Esta vez estaba en la puerta, conversando con unas personas que no alcanzó a ver muy bien, lo cual hubiese sido algo bueno sabiendo lo que vendría.
-"Hijo, estas amables personas quieren hablar contigo"
-"Si? voy en seguida, estoy terminando mi desayuno. Que es lo que quieren?"
-"Dicen que tienes algo que les pertenece y vienen a buscarlo, porque te has tardado mucho en entregarselo"
Su sangre se congeló en ese mismo instante.
Todo aquello que llegó a convencerse de que sólo era una pesadilla, era real?
No, no podía ser. Seguramente estaba confundiendo las cosas. Era demasiado temprano aún.
Fue rápidamente a la puerta y ahí estaban. Una pareja de ancianos con una mirada perdida y sonrisas vacías esperaban por él. Su madre los dejó solos.
-"Aqui estamos. Te advertimos que volveríamos por ti". Dijo el viejo sin pestañear.
-"Esperamos que no tengas problemas con eso". Dijo la anciana a su lado.
-"Pero quienes son ustedes?. No tengo nada suyo. Ni siquiera los había visto antes. Se han equivocado de persona". Y cerró la puerta sin darles chance para responder. Aunque desde afuera se escuchó:
-"Será por las malas entonces".
Al rato, y antes de salir para cumplir con su rutina diaria se fijó que no hubiese nadie cerca. Al salir vio varios vehículos nuevos y sin patente que llamaron su atención, pero pensó que se trataba de alguna especie de entrega a la concesionaria que había en la esquina.
Comenzó a caminar.


Despertó tranquilo esta vez.
Su vida era "poco exitante" o aburrida dirían algunos. No tenía grandes aspiraciones. No llamaba la atención de ninguna forma. No por su manera de actuar, ni tampoco por su estilo de vida. Era lo que se podría decir un "individuo promedio". Aquel que personifica cada ejemplo económico y social, y el típico tipo que "vota nulo" en unas elecciones y "no opina" en las encuestas.
Solo una cosa causaba perturbación en esa apacible vida ultimamente. Sus pesadillas.
En las últimas semanas había despertado cada noche con horribles imágenes en su cabeza, como salas de hospital cubiertas de sangre y doctores con herramientas poco usuales igualmente ensangrentadas, además de frases como "Está evolucionando bien", "Pobre tipo", "Estará listo en unos días", "Nadie lo extrañará", "Pronto podremos cosechar".
Pero hoy no. Hoy por primera vez en mucho tiempo había despertado con una sensación de tranquilidad inigualable. Con una amplia sonrisa y un sol radiante en la ventana. Se dirigió al baño.
Antes de entrar una frase cruzó por su cabeza.
"Me alegra que mi vida no sea un desperdicio".


Si se hace difícil de entender, lee los párrafos al revés